En los periódicos del 2012, Malvinas fue un relato en disputa.

Graciela Mantiñan

3/10/21

El objetivo de este artículo es analizar desde la narrativa y como un testimonio de época las publicaciones especiales con que tres periódicos argentinos (Clarín, Página/12 y Perfil) recordaron  el trigésimo aniversario de la Guerra de Malvinas.
Mi hipótesis es que  tanto la evocación de la  guerra como la actual visión de las Islas revelan un relato en disputa para el que cada medio ofreció su propia versión política-cultural. Para desarrollarla examino cómo Clarín  propuso una determinada configuración de ese relato, Página /12 marcó   sus paradojas o contradicciones  y Perfil  eligió  plantearlo  sumando  múltiples y diversos discursos.
Partiendo de una breve referencia a  las notas publicadas por cada medio durante todo el año, mi análisis se concentra en las publicaciones especiales registrando quiénes fueron los  protagonistas de la evocación, cómo configuraron  el recuerdo de la guerra y el vínculo que establecieron con Islas como escenario bélico del 82 y las Malvinas del 2012.
El examen de sus narrativas revela un territorio  discursivo donde coexistían visiones similares  sobre determinados hechos históricos y  diferencias  que tenían diversos orígenes, entre ellos
 la oposición a la política gubernamental. Junto con algunas lecturas innovadoras que abrían nuevas perspectivas a la memoria de la guerra,  también aparecían las que  ofrecían una  versión definitiva.
Las publicaciones  elegidas constituyen el testimonio de  una época singular que como tal, pertenece al pasado. Pero cobra otra significación al pensar los cambios y permanencias que luego atravesó la cuestión Malvinas. Leerlas desde ese lugar, quizá revele  todo lo que hoy nos pueden decir algunas narrativas periodísticas escritas en 2012 sobre las argentinas Islas Malvinas.

1. Por qué, para qué, con qué.

Al igual que “Archivo Malvinas/2012” (Mantiñan, 2021), este artículo parte de la idea de que  las evocaciones de los aniversarios brindan   información sobre  el  proceso  constitutivo de la  memoria en distintas coyunturas políticas, sociales y económicas. Y aborda  las publicaciones realizadas por   Clarín, Página /12 y Perfil como un testimonio  de época, preguntándose cómo  recordaron   la guerra del  82 treinta años después.

A priori asumí  que el corpus no era representativo de la  enorme cantidad de discursos periodísticos sobre el  tema  que  circularon en  el país a través de distintos medios y quizá  tampoco de todos  artículos que con distinta frecuencia , habían aparecido en  los medios elegidos  a lo largo de 2012.

Mi objetivo fue analizar desde sus narrativas, las publicaciones efectuadas durante un día, muy especial, pero un día de un año donde el tema Malvinas fue  una noticia permanente[1].

Acepté que  el corpus, una  pequeñísima  parte de un archivo muy amplio, registraba   diferencias y coincidencias que  también construían su condición de testimonio epocal. Clarín había cubierto la guerra en 1982, Página/12 y Perfil comenzaron a publicarse en 1987 y  1998, respectivamente. Clarín y  Página /12 se editaban diariamente, Perfil era semanal. Tenían tiradas muy distintas , la de Clarín (276.444 ejemplares) era superior a las de los otros medios sumados. Clarín y Perfil eran opositores al gobierno de Cristina F. de Kirchner, Página/12 adhería a sus políticas, posiciones que  eran visibles  en sus publicaciones sobre el trigésimo aniversario  de la guerra. Los tres medios  habían comenzado la cobertura  antes del 2 de abril y la prolongaron  con diferente periodicidad,  durante todo el año

Para mi abordaje fue muy  importante  leer  las ideas de quienes habían reflexionado sobre el concepto de archivo.

 Ana María Guasch (2011) pensó el archivo de arte  como  un suplemento mnemotécnico que preserva la memoria y la rescata del olvido hasta convertirse un verdadero memorándum. Entre otros trabajos sobre  el tema, cita  Mal de archivo. Una impresión freudiana, originariamente una conferencia dictada por Jacques Derrida  en 1994, donde  él relaciona  la noción de archivo con la teoría del psicoanálisis  de Freud, estableciendo una analogía entre inconsciente y memoria.

 Derrida  vincula el archivo a la hyponéma, separándolo de la  experiencia  espontánea de la memoria (anamnesis), más todavía le encuentra su lugar cuando ella desfallece.

En 2007, el argentino Roberto Pittaluga señaló  los vínculos temporales  del  archivo, “…la cuestión de archivo interroga directamente a las relaciones que el presente instituye con el pasado y con el futuro”. Para él  las políticas de conservación de las huellas eran   “…piezas nodales de la arquitectura con que una sociedad se piensa, se examina y decide su porvenir”,2 [2].

Inspirada en esos conceptos, decidí buscar huellas que me permitieran  hoy  reorganizar núcleos de sentido  o construirle otros recorridos posibles al material  periodístico publicado en 2012.

Pero tampoco  podía obviar que leía ese archivo  desde  los  capítulos de una historia reciente. Por  ejemplo en la Argentina  los  construidos por los sucesivos cambios de gobiernos y de políticas con respecto a la cuestión Malvinas[3], en Inglaterra  por el Brexit que marcó su separación  de la Unión Europea  y privó a las Islas  del   status de  territorio británico de ultramar. En el  mundo, por  una pandemia planetaria que  desde el 2020 representa un   cambio radical, de consecuencias   todavía imprevisibles.

Acepté que  todo lo que me marcaba como  lectora  también definía  la posibilidad misma de   estudiar  hoy   un   memorándum-  condición que Guash le asigna a los archivos-forjado hace casi diez años.

2. Clarín: la construcción de un relato

La amplia cobertura  del medio  incluyó  múltiples contenidos : entre otros,  episodios-conocidos y hasta ese momento no revelados- de  la historia de la  guerra ,  reiteradas referencias  a la opinión del gobierno inglés y su  plebiscito en las Islas .Muchas de esas notas fueron firmadas por Natasha Niebieskikwiat, especialista en el tema Malvinas que ese año   publicó Lágrimas de Hielo. Torturas y violaciones a los derechos humanos en la guerra de Malvinas, un libro que  reúne testimonios de excombatientes sobre  los castigos recibidos en las Islas y proporciona  amplia y muy diversa información sobre el tema.

  El periódico reiteró la  visión crítica de las políticas ejecutadas por el gobierno, por ejemplo   Andrés Rosler sostuvo que   “la renovación del reclamo argentino  de soberanía sobre las Malvinas ha despertado una sana preocupación de raigambre republicana y /o liberal por el rebrote nacionalista que tal reclamo suele provocar”(“Ideologías detrás del reclamo de las Malvinas”,9/4, la negrita es usada por el medio)[4].

Otra característica del relato de Clarín fue la escisión al configurar a las Islas: aparecían las Islas escenario bélico del 82 y las Islas 2012 como  capítulos separados y sin relación alguna con  la historia argentina  de las Malvinas previa a la guerra.

Didí – Huberman recuerda que Adorno y Horkheimer  decían que “la abstracción, el instrumento de la Ilustración, se comporta respecto de sus objetos como el destino cuyo concepto elimina: como una liquidación…” (2010,26)

Posicionándose casi  como una versión actualizada de la Ilustración,  los discursos de  Clarín construían  una  imagen actual de Malvinas que definían como real, la única posible para quienes  adscribían al conocimiento y  el sentido común erigidos como patrimonio de sus autores.

Desde la comprensión absoluta de Kirschbaum: “Gran Bretaña habla en nombre de los isleños que, a la vez son ciudadanos británicos que viven en una colonia de ultramar” (2,29/6 , reproduzco el uso de la negrita que hace el diario), la empatía  de Aldo Abram con los kelpers, “Por algo no nos quieren”, fundada en la mala situación que  según el articulista atravesaba el país (14/ 4, 40). Más  decisorio era “Por qué no nos quieren, la desconfianza y el recuerdo de la guerra alejan a los kelpers” que incluye el testimonio de John Fowler, quizá el kelper más conocido por los argentinos, (Larraquy, 25/3,34-36)[5].

En ese relato escindido, Malvinas  era sujeto de un pasado doloroso, un recuerdo bélico atroz  que  todos podíamos compartir y de  un presente donde  las  Islas  se constituían en una realidad  distante y ajena.[6]

El 28/3,  Clarin anunció la publicación del Suplemento parafraseando   un verso del rock [7] “La historia no siempre la escriben los que ganan”, siguiendo lo elidido de la letra original  infiero que prometía  “otra historia”, 18. 

 “Malvinas, 30 años, treinta historias”  apareció el 1 de abril  y ya desde su  Editorial, “Vidas a la vuelta de la muerte”, el suplemento  planteó   un pacto de lectura para los discursos de los  testigos a los que define como  “ …  gente que  salió  de el mismo infierno insular “ (2).

Relatando sus experiencias bélicas y sus vidas actuales, los testigos construyen  un archivo testimonial amplio que narra episodios  de amistad, heroísmo,  solidaridad y  castigos de sus superiores durante la guerra. Más allá de sus diferentes  historias personales, los  discursos, especialmente  los  de los exconscriptos, transforman al hambre en un tema central.

Tuvieron hambre durante la guerra: Gabriel  Sagastume  recuerda que en el Hospital de Malvinas, desesperado  abrió una lata de dulce de batata con su bayoneta y se comió todo su contenido,9. Héctor Piscopo  evoca su fracaso al intentar  cocinar un ave local, “era una gallina incomible”,11. Volvieron con hambre al continente:  Antonio Reda que llegó  herido  lo primero que pidió fue  pan ,7 Al leer La sociedad de la nieve que  relata  la antropofagia  de los rugbiers uruguayos  ,víctimas de un accidente aéreo en los  Andes, Oscar Ibarguren  encuentra treinta años después  “millones de coincidencias con lo que nos pasó a nosotros” ,9 .

Estos testigos ratifican  una configuración del excombatiente que había iniciado Los chicos de la guerra en 1982 y que  ya estaba inscripto en el discurso social sobre la guerra y en  numerosos productos culturales inspirados en ella.

Sin embargo leer hoy sus discursos  revela  que  sus distintas historias  tienen sin embargo constantes, huellas subyacentes en la   escritura  que me hicieron recordar el block mágico del que hablaba Freud para ejemplificar su teoría de la memoria[8]. Me refiero a  las  diferentes formas de marginalidad que experimentaron  después.

Porque  sus historias en las islas en guerra se prologan en “la otra guerra”. Eduardo González: «volver no fue fácil. Cuatro años sin trabajar…”,8.Luis Poncetta: “estuvimos diez años a la buena de Dios, éramos bichos raros para los demás”,10 .Anastasio Vila Condorí  dice que los jefes militares le echaban la culpa por la derrota, “por eso, después de la guerra muchos nos callábamos y no nos identificábamos como combatientes”,5. Antonio Reda opta por denunciar la pérdida  de su documento  para que no figurara que había participado en operaciones militares, “era una marca de fuego”,7[9].

Evocando a Derrida, Analía Gerbaudo señala que en el archivo hay uno o varios espectros que no responden pero que asedian (2009/2010, 39). Relatar que para ellos  no hubo “war is over” es uno, pero no el único[10] y  revelan que treinta años después,  el sujeto narrador al configurar su sujeto narrado  excede la modelización de la presentación periodística (reconocimiento de la experiencia bélica y celebración de sus vidas actuales).

¿Acaso sería aventurado pensar que  el significado de las Malvinas, aquí acotadas a su condición de escenario bélico del 82, es el espectro quien  fortalece y amplía en los discursos  las señales de identidad de los excombatientes?[11].

“30 años, 30 historias” testimonia  cómo en una época se construyó una determinada memoria de la guerra de Malvinas. Quizá  sirva leer casi como una fundamentación teórica  de la misma  el artículo “Malvinas: una historia, varios relatos” del   historiador  Vicente Palermo, miembro del controvertido Club Político[12] publicado en  Clarín  el 31/5, 27.

El parte señalando  la existencia de una  brecha entre el conocimiento histórico de la guerra  y los múltiples y plurales relatos sociales[13]. Marca   la  potencia  en 2012 de los relatos de la guerra como  gesta, el relato épico por excelencia  y como aventura militar “soldados víctimas con victimarios bien conocidos: los mandos del ejército  profesional y principalmente los dictadores”. Cree que el cuestionamiento de ese relato, “…conlleva-de eso se trata-una mejor identificación  de las responsabilidades sociales. Y asimismo de la gravitación de la causa Malvinas: la aventura de 1982 sería ininteligible sin su vigencia en la sociedad argentina”. Confía en que “el establecimiento de esos nexos puede ser un eficaz revulsivo de la cuestión Malvinas de modo tal que la historia, la memoria y la política puedan entrelazarse de un modo más prometedor”.

En Sal en las heridas (2007), Palermo ya había adscripto la causa Malvinas a ciertos núcleos “duros e insoslayables” del nacionalismo, una especie de tensión que recorrería  la historia nacional[14].

Pero creo que aquí se evidencia  cómo fundamenta  el deber-ser del relato  Malvinas, muy parecido al desarrollado por  la cobertura periodística de Clarín. Y que confirmó el premio Clarín otorgado ese año a El sobreviviente de Fernando Monacelli, donde la guerra de Malvinas vuelve con el recuerdo – literalmente congelado-de un joven tripulante del  Ara General Belgrano, cuya balsa se descubre en la Antártida.

 Deshistorizando la guerra -a  la que sólo configura como el sitio de origen de patologías incurables y recuerdos traumáticos fijados en el tiempo- la novela narra la búsqueda de la identidad del hijo del excombatiente muerto, que resulta  ser un muchacho autista   cuyas madres adoptivas lo han criado en  España . Con recursos típicos del folletín, su trama incluye los avatares de la protagonista, una madre abandónica  y la corrupción de los políticos locales. Como ya lo observó María Semilla Durán (2016), El sobreviviente ofrece  además una visión lamentable  de la lucha desarrollada para recuperar la identidad de los desaparecidos  por la dictadura militar[15].

A modo de conclusión: treinta años después de la guerra  , Clarín construye un relato donde son centrales la guerra  de Malvinas como la aventura militar de un  régimen dictatorial cuya derrota abrió el  camino a la democracia y el reconocimiento de los excombatientes como  víctimas en las Islas de  prácticas criminales  que el proceso militar ya  había perpetrado  en el continente .¿Ineludible?:las alusiones y elusiones, como diría Semilla Durán, de  las Islas como una tradición política-cultural argentina .

El 10/8/21 prolongando una polémica[16] , Beatriz Sarlo escribió  en Clarín: “esa dictadura se equivocó al invadir las islas. Su derrota en Malvinas hizo posible el comienzo del fin. Causa impensada, la muerte o el sufrimiento de los soldados argentinos abrió el camino de la democracia” (“Malvinas y otras pasiones”, on line).

Quizá  leer hoy este artículo  ayude  a comprender   por qué Derrida sostenía que  si queremos saber lo que significa el archivo, sólo lo conoceremos en el porvenir.

3. Página/12:

Las paradojas, o contradicciones, del relato

La temática de la cobertura fue amplia: incluyó desde  la  evocación de la guerra  hasta  el estado actual  de la causa Malvinas. 

 Opinaron expertos en relaciones internacionales  como Juan G.Tokatlian (“Negociar Malvinas, 22/1, on line) y Marcelo Kohen que quizá respondiendo a los planteos del Club Político, recuerda que las Naciones Unidas no reconocen a los isleños  el principio de autodeterminación y se pregunta si Inglaterra  consultó a los habitantes cuando se retiró de Hong Kong en 1984(“¿Quién bloquea en la cuestión Malvinas?”,12/1, on line).

Reprodujo  los artículos del canciller Héctor Timerman y del periodista inglés  Simón Winchester[17], originariamente publicados en The Times. Este último, ex prisionero del  gobierno argentino durante la guerra del 82, plantea  en “One Falklands problema, one civilised solution” que   Hong Kong  sería  el modelo a seguir (“La cuestión Malvinas”,14/1 on line).

Página /12 publicó artículos de excombatientes como los nucleados en  Por Memoria, Paz y Soberanía que referían al juicio iniciado contra militares  que habían violado los derechos humanos durante la guerra, un juicio que  ese año llegaría a  la Suprema Corte de Justicia y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos[18] , después de que en 2011 el Tribunal de Casación negara la condición de crímenes de lesa humanidad a los delitos denunciados (“Malvinas: memoria y justicia”, 28/2, on line).

Con una óptica diferente, la periodista Noemí Ciollaro  construyó el protagonismo de las  esposas de excombatientes, “ahora escuchadas de otra manera dentro del Centro de Salud Mental para Veteranos de Malvinas”( “El amor después de la guerra”,4/5, on line)[19].

Eduardo Rinessi  advirtió que  por no mencionarla, era común referirse a la guerra del 82 como Malvinas, un uso que limitaba los múltiples significados que tenía la palabra en  la historia y la cultura argentina  aún antes de la guerra (“La  cuestión Malvinas”,13/8, on line).

Dos artículos de Horacio González brindan otro abordaje: en “El significado de Malvinas” revisando la historia y la cultura generadas por el colonialismo inglés  y su marca en  nuestras  historia y cultura, plantea que “recobrar las Islas presupone reinterpretar la historia moderna a la luz de una crítica al colonialismo, que debe ser nueva y original, y eso implica muchas connotaciones culturales que aún deben ser descubiertas”, 31/1, on line.

En “Malvinas y el liberalismo” (3/4) , respondiendo  en parte a los planteos del Club Político[20], reinserta  a las Islas en una larga historia nacional que cruza desde Rosas hasta el proceso militar, señala que la clásica confrontación  entre liberalismo y nacionalismo queda retrasada si se sólo se propone motivos repetidos, tradicionales . Le propone al liberalismo aceptar la paradoja de poner a Malvinas en la cuestión nacional y al nacionalismo aceptar el patriotismo constitucional,»una nación emancipada es la que conoce, trata y debate como en un plebiscito cotidiano todas sus paradojas”.

Testimonio de una época  donde el colonialismo no era un tema  frecuente en los otros medios y su mera referencia era adscripta peyorativamente  a la política  gubernamental , González innova  la forma de leer Malvinas que incluye la condena a  la guerra del 82 y deja fuera del panteón de los héroes a quienes perpetraron violaciones a los derechos humanos.

Pagina /12 publica el 2 de abril  “La otra guerra” con notas[21] que  reproducen o relatan  testimonios de exconscriptos  que habían sido  víctimas y/o testigos  de torturas.

Ellos revelan  castigos atroces  por buscar desesperadamente comida (Pedro Benítez; “tenía tanta hambre que sentía que el paladar se me descocía”,4),  por ser judío (Silvio Katz: “a mí por ser judío, me hizo orinar por mis compañeros”.5). Pero la también la persecución posterior ya en democracia por haber denunciado esos crímenes (Edgardo Esteban,3 y Pablo De Benedetti,6)

Analizando sus narrativas, se pueden registrar ciertas contradicciones, o por lo menos cuestiones no resueltas  al formular sus recuerdos.

Algunas tienen que ver  con su propia historia: Edgardo Esteban evoca que al concluir la guerra y publicar Iluminados por el fuego fue “ninguneado «por sus superiores.  Y lo hace desde la memoria del joven que soñó con ser militar: “pasé de ser un buen soldado, porque yo era dragoneante y tenía orden mérito…a ser el peor”,2.

Pero también como otros testimoniantes,  marca esa contradicción  en el relato de la guerra “tenemos héroes de guerra, sí, pero algunos de esos fueron represores en la ESMA y en la base naval de Mar del Plata “,2.

“El enemigo estaba entre nosotros” dice Pedro Benítez, que fue torturado en las Islas y golpeado brutalmente por su superior al retornar al continente, 4. El recuerda  que  en el Nordland  advirtiendo su estado, un inglés le regaló un chocolate y otro lo cargó para que lo depositaran en una camilla.

“Estoy orgulloso de haber defendido a mi país, pero soy víctima de lo mismo de lo que estoy orgulloso” asume Silvio Katz,  5.Pablo De Benedetti  que padeció largas secuelas físicas y psíquicas, al volver dio charlas denunciado lo sucedido.  Amenazado, buscó inútilmente protección gubernamental, “el aparato de los servicios de inteligencia del estado estaban inctacto”,6.

Los testimonios incluyen datos de época: por ejemplo la política de derechos humanos que promovía el gobierno y el momento especial que atravesaba América Latina (Esteban) o  el efecto “sanador” de retornar a Malvinas (Silvio Katz).Sin embargo es perceptible  que el relato de la guerra está cruzado por contradicciones que siguen vigentes treinta años después. Y que  también aparecen en los artículos publicados en esa nota.

En “Héroes estaqueados”, 2, Mario Wainfeld lee las paradojas que encierra la guerra del 82.Entre ellas: los castigos a los conscriptos por parte de sus superiores  y el mejor trato  que les depararon los ingleses, el hecho de asignar condición de héroes a todos los militares que combatieron, algunos de los cuales fueron protagonistas del terrorismo de Estado, o perpetraron los mismos crímenes que habían cometido en el continente. Suma a esas paradojas que otros  también tuvieron un desempeño bélico valiente.  Cree leer en  la referencia de Alfonsín  en Semana Santa a que ciertos sublevados eran héroes de Malvinas, un discurso social que valorizaba “la gesta” y sus protagonistas.

Sintetiza: “todo lo que pasó en Malvinas fuerza, con tres décadas de perspectiva, a desmenuzar, a desentrañar, a asumir la complejidad de lo real”. Concluye condenado  lo que sería una contradicción: “… nombrar con las mismas  palabras a quienes obraron muy distinto en Malvinas y durante la dictadura”.

Desde otra óptica, Federico Lorenz  señala  que todavía falta un relato histórico de la guerra que incluya  posibles abusos y violaciones a los derechos humanos (“Malvinas: prejuicios y dudas”,7). Recuerda que  la reivindicación de los derechos soberanos  y la denuncia del maltrato sufrido  ya formaban parte de las primeras agrupaciones de excombatientes, considerando que  esta actitud fue perturbadora en la etapa de transición de la democracia. Cree que  el progresismo posterior  resolvió su “perplejidad”  construyendo un modelo de ex soldado  que le permitiera explicar su incómoda presencia. Insiste en que la forma  no difirió  de la lectura de las jóvenes víctimas de la dictadura.

Para Lorenz la contradicción nacería en  no leer la diversidad social y geográfica de los excombatientes  que explicaría sus diferentes percepciones (peso simbólico de patria, guerra, sentido de pertenencia). Cruza la diferencia entre las experiencias de  jóvenes de centros urbanos, “donde la matriz para imaginar era la de la clase media «, con los del NEA que en gran parte pertenecían a los pueblos originarios y considera  una deuda pendiente la elaboración de una historia social de la guerra de Malvinas.

A modo de conclusión: Foucault[22] definía a los discursos “cómo prácticas que forman sistemáticamente los objetos de que hablan” (1971,81) .Leído hoy desde la narrativa y como un testimonio de época, el relato de  “La otra guerra” revela la centralidad que  2012 tenían   las  contradicciones-o los conflictos irresueltos- en la evocación de la guerra Malvinas.

4. Perfil.

El relato de los relatos

La cobertura de Perfil comenzó tempranamente y cubrió distintas temáticas modelizando su lectura, a veces  citando al colaborador , otras interpretando el contenido de la obra.

 “Malvinas fue un muestrario de actos deleznables y heroicos” introduce la entrevista a Augusto Rattenbach, hijo del autor del “Informe Rattenbach” sobre el desenvolvimiento de las fuerzas armadas durante la guerra (5/2, 6, 7,8). “Trastornos por estrés post traumático. Las otras heridas de Malvinas que a los 30 años de la guerra, aún   duelen” anuncia el reportaje a los responsables del entonces nuevo Centro de Salud Mental de las Fuerzas Armadas Veteranos de Malvinas (17/6,54-55).

Junto con episodios de la historia de la guerra, por ejemplo las ayudas brindadas por   el dictador libio Kadafi (27/1,54,55) y el presidente peruano Belaúnde Terry (17/6,56-57), aparecieron numerosas bibliográficas,  reimpresiones como  Mi  historia  Argentina del general Balza (“Malvinas: un regreso cruel y sin gloria”,8/1,12) y  Malvinas. La trama secreta de (Cardoso, Kirschbaum y Van der Koy (1/4, 12-15). Pero también dio amplia cobertura  a determinadas obras nuevas: Los rabinos de Malvinas (Hernán Dobry) y Vidas marcadas (Agustín Gallardo).

Estos  autores, junto a Federico Lorenz, Román Lejtman y Natasha Niebieskikwiat[23]  participaron de un reportaje donde presentaron sus obras y  discutieron la evocación del conflicto (“Un debate de escritores a tres décadas del conflicto. Malvinas, una herida abierta de la dictadura que aún no cierra”, 18/3, 58-60).

Varios intelectuales compartieron la condena a la guerra del 82 y discutieron formas de leerla: Horacio González respondiendo  a los  planteos del Club Político y de Luis Alberto Romero (“Una cuestión nacional y democrática. Malvinas y el honor: ni escepticismo liberal ni epopeya inconclusa”(4/1, 54-58)[24]. Federico Lorenz  alertando  sobre  “el imposible debate entre el patriotismo y al inteligencia” (“Un debate a treinta años. Malvinas invita a pensar un patriotismo en democracia”,15/8, 56-59). Carlos Gamerro recuperando la experiencia de los soldados que pasaron por  Malvinas (“Un texto original. Shakespeare en Malvinas”, 8/4, 53-57). En cambio, Abel Posse defendió la guerra  encendidamente (“Ensayo. Malvinas: incoherencia  histórica”, 26/1,58)

Perfil construyó un  territorio complejo donde la guerra del 82  seguía siendo una herida abierta, definida por su  condición de crimen de la dictadura militar y el rol de los excombatientes que según Gamerro “…cambió para siempre el valor y el sentido que-las Islas- tienen para nosotros,id,57).

A ese territorio pertenece el suplemento “Pensar Malvinas” que Perfil publicó el  1ro.de abril e incluyó más de treinta colaboraciones. Frente a tantos y tan diferentes abordajes, recordé que Arlette Farge sostenía  que  para interrogar al archivo, judicial en su caso, “una de las primeras obligaciones es poner en claro los procedimientos de interrogación”, 1991, 75.

Decidí que las preguntas serían cómo leían la guerra de Malvinas y cómo leían la reivindicación de los derechos soberanos argentinos en 2012.

La socióloga Maristella Svampa pensaba que treinta  años después, debía leerse la guerra desde tres heridas que estaban abiertas, la cuestión neocolonial, la exacerbación nacionalista y la falta de cuidado por la vida de los jóvenes (“Las tres heridas”,8).El excombatiente Edgardo Esteban asumía esa herida generacional como la llamaba Svampa, y reclamaba “tener memoria sobre lo vivido…establecer la verdad de lo ocurrido. Es algo que la sociedad le debe a los caídos y a los que estuvimos en Malvinas”,23.

La guerra se evocaba por ejemplo desde el turbio programa televisivo “24 hs. de Malvinas «que recaudó  donaciones que nunca llegaron a las Islas (“La traición de los generales”, Roman Lejtman,7) y desde la aceptación del desembarco que en 1982 registraban las estadísticas ( “La vergüenza de haber sido”, Graciela Romer,6) .

Pero también se marcaba contradicciones en el relato de la guerra: Federico Lorenz  sostenía  que haber transformado la memoria, verdad y justicia en una política de Estado obligaba al gobierno a pensar que “no se puede honrar a genocidas y represores aunque hayan combatido y muerto en una guerra por la soberanía nacional (“Guerra, democracia y memoria”,9). María Quesada   se refería a los actos heroicos de militares «parece que no es políticamente correcto recordarlos” (“Fuera de la emoción colectiva”, 19).

Desde la literatura, Martín Kohan proponía  “pasar de la epopeya a la farsa” y planteaba  como referentes de esa lectura a Los pichiciegos(Fogwill), Una puta mierda(Patricio Pron),Las Islas (Carlos Gamerro) y  Trasfondo (Patricia Ratto)( “Novelas argentinas”, 25.Desde el rock, Guillermo Raffo  cuestionaba   cualquier reivindicación aludiendo a la presencia de minas argentinas en las Islas, «cuando desarmen las últimas minas, hablamos”( “Tango atlántico” ,27).

Lo autobiográfico  también inspiraba  lecturas de la  guerra: Washington Cucurto  que tenía  nueve años en 1982no recordaba nada, “no guardo ninguna  herida”. Para él  las Malvinas sólo existían  en las novelas de Fogwill y Gamerro y en “un paisaje delirante de Julio Verne” (Tarde o temprano”,14.).

Daniel Guebel  [25](«Las palabras y las rocas”,25), José  María Brindisi[26] (“Los cobardes no sirven para la guerra”,13y Omar Genovese (“Cartas a Galtieri”,13) la evocaban como un distante  recuerdo adolescente.

Quizá mi segunda pregunta, cómo se leía la reivindicación de los derechos soberanos en 2012, tuvo su primera respuesta en la  crónica de Tomás Abraham que escribía  desde  las Islas. Casi con la óptica de un turista irritado, sostenía  “este lugar de argentino no tiene nada” (“Impresiones de Puerto Stanley”,2).

Difiriendo con Daniel Mallo, 26, Vicente Palermo,  negaba el vínculo de las Islas con la Antártida, 6, Andrew Graham-Yool  invitaba a asumir el pasado argentino, “eso nos haría   más confiables”,7.Luis Alberto Romero asociaba el Mito Malvinas al mito mayor, la Nación Argentina, 9. El petróleo de las Islas  nutría las críticas que Marcos Novaro (21) y Mario Cámpora (21), que casi como todos los colaboradores desplegaban  críticas hacia el gobierno. Excepto Luis Tonelli que pensaba que siendo  el petróleo  un objeto de disputa imposible de explotar unilateralmente, podría transformarse en un objeto de convergencia (8).

Manuel Mora y Araujo planteaba a la cuestión  como “Entre el honor y los intereses nacionales” (28) y Silvio Maresca sostenía que se debería  superar las ideologías (neoliberalismo de los 90, progresismo de los 2000) y considerar “los fenómenos del poder. Mientras eso no suceda, las Malvinas continuarán llamándose Falklands”,22.

A modo de conclusión: para Jacques Derrida la experiencia política de los media llamados de información demostraban que “la archivación produce, tanto como registra el acontecimiento «(1997, 24).Siguiendo al filósofo francés infiero que  el Suplemento  de Perfil  configuró el acontecimiento,  la evocación de la guerra del 82, privilegiando la representatividad que cifraría  la suma de relatos, en algunos casos  muy marcados por determinadas posiciones político-culturales.

Leído hoy como un testimonio de época y desde la narrativa, quizá podemos juzgar más claramente, el tiempo es un juez inapelable, el  logro de esa representatividad para evocar la guerra del 82.

5. Conclusión

Este artículo analizó  tres narrativas periodísticas que en 2012 evocaron el trigésimo aniversario de la guerra de Malvinas. Hoy ya son un testimonio de época la construcción del relato que realizó Clarín, las contradicciones que marcó el de Página/12 y la representatividad que intentó lograr el de Perfil.

Abrir este archivo  habilita preguntas, por ejemplo, ¿qué ideas perduraron o cayeron en el olvido, qué vínculo tenían  con  los conflictos de su tiempo, acaso tenían cierta capacidad de anticipación?

Hoy, su examen permite explorar un pasado reciente. Pero las respuestas que hallemos se proyectan  al futuro inmediato.

Porque en   2022 se evocará el cuadragésimo aniversario de la Guerra de Malvinas, un hecho que actualizará la memoria colectiva y prolongará  esa forma de defender nuestros derechos soberanos que es siempre  pensar  las argentinas Islas Malvinas.

Bibliografía.

Bayer, O. (3 de 1 de 2012).» Malvinas Latinoamericanas». Página/12, disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-190167-2012-03-22.html.Fecha de consulta: 10/2/2019.

Brawer, M. (22 de 3 de 2012).» Las primeras flores de Malvinas». Página/12, disponible enhttps://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-190167-2012-03-22.html.Fecha de consulta: 20/3/2019

Ciollaro, N. (4 de 5 de 2012).» El amor después de la guerra». Página/12, disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-7223-2012-05-04.html.Fecha de consulta: 20/2/2019

Clarin. (1 de 4 de 2012). «Malvinas 30 años 30 historias .»Edición General:Silvia Fesquet.Edición Pablo Calvo,Claudio Savoia,Gerado Young y Marcelo Larraquy, págs. 1-24.

Derrida, J. (1997). Mal de archivo,una impresión freudiana. Madrid: Editorial Trotta , disponible en en https://jpgenrgb.files.wordpress.com/2017/01/derrida-mal-de-archivo-1997.pdf.Fecha de consulta: 3/6/2020

Durán, M. S. (2016, nro.15). De 1976 a 1982: «Alusiones y elusiones de una genealogía». Amerika. Memoires, identités, territoires, disponible en https://journals.openedition.org/amerika/7688.Fecha de consulta: 9/7/2019

Farge, A. (1991). La atracción del archivo. Valencia: Edicions Alfons El Magnánim.Institució d´etudis i investigació ,disponible en https://cristinagomezalvarez.files.wordpress.com/2014/07/farge.pdf.Fecha de consulta: 17/1/2021

Foucault, M. (1979). Arqueología del saber. México: Siglo XXI Editores.

Gerbaudo, A. (núms 7-8, Año VI, 2009-2010).» Archivos de tela, celuloide y papel.Insistencias del arte y de una teoría en (des)construcción», en  Telar, revista del Instituto Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos,Universidad de Tucumán, Facultad deFilosofía y Letras,pags 31-50, disponible enhttps://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5447284 .Fecha de consulta: 3/6/20

Gonzalez, H. (31 de 1 de 2012).» El significado de Malvinas». Página/12, disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-186577-2012-01-31.html.Fecha de consulta: 8/6/2013.

Gonzalez, H. (3 de 4 de 2012). «Malvinas y el liberalismo». Página/12,disponible en  https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-191005-2012-04-03.html.Fecha de consulta: 15/5/2014.

Guash, A. M. (2011). Arte y archivo 1920-2010. Madrid: Akal.

Huberman, G. D. (16 de 8 de 2013). «Como abrir los ojos» en Blog.El libro de la pizarra. Recuperado el 22 de 9 de 2019 de https://www.eternacadencia.com.ar/blog/libreria/el-libro-en-la-pizarra.html.

Kohen, M. (12 de 1 de 2012).» ¿Quién bloquea en la cuestión Malvinas?».Página/12 ,disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185293-2012-01-12.html.Fecha de consulta:9/6/18.

Mantiñan, G. (9 de 7 de 2019). «1833-1834:Charles Darwin.Malvinas en la letra de los viajeros. Recuperado el 4 de 3 de 2021, de https: avostefaltamalvinas.wordpress.com.

Mantiñan, G. (1 de 6 de 2020). «Un kelper en la Guerra de Malvinas». Recuperado el 10 de 8 de 2020, de https://wordpress.com/post/avostefaltamalvinas.wordpress.com/411.

Mantiñan, G.(2015) A vos te falta Malvinas.Señales de identidad en el relato testimonial de la guerra de Malvinas . Obtenido de https://avostefaltamalvinas.files.wordpress.com/2016/02/tesis-de-g-mantincc83an.pdf.Fecha de consulta: 01/10/2018.

Memoria, Paz y Soberanía (28 de 2 de 2012). «Malvinas: memoria y justicia». Página/12,disponible en . https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-188482-2012-02-28.html.Fecha de consulta:8/7/19.

Monacelli, M. (2012). Sobrevivientes. Buenos Aires: Clarín Alfaguara.

Niebiskikwiat, N. (2012). Lagrimas de hielo. Buenos Aires: Norma.

Noffal, R. Noffal, R. (2009/2010). «Los personajes en la narrativa testimonial» en Telar, núms. 7-8-, año VI, Universidad N acional de Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras , pags 54-62, disponible en https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/423920 . Fecha de consulta. 3/6/20.

Página/12. (1 de 4 de 2012). «La otra guerra». Fernando Cibeira et als, págs. 1-7.

Palermo, V. (2007). Sal en las heridas.Las Malvinas en la cultura contemporánea argentina. Buenos Aires: Sudamericana.

Palermo, V. (4 de 8 de 2021). «Maneras de tratar la cuestión Malvinas:las frases de Sarlo». Clarin, disponible en en https://www.clarin.com/opinion/malvinas-pasiones_0_U87SYQ1G_.html.Fecha de consulta: 9/9/21.

Perfil. (1 de 4 de 2012). «Pensar Malvinas». Tomás Abraham et als, págs. 1-28.

Pittaluga, R. . Democratización del archivo y escritura de la historia.Ponencia presentada en el Encuentro «Archivos y derechos humanos: actualidad y perspectiva»,Buenos Aires, 1 y 2 de octubre de 2007,  disponible en ttp://www.memoriaabierta.org.ar/encuentro_archivos/presentacion.html.Fecha de consulta: 25/3/2018.

Rinesi, E. (13 de 8 de 2012). «La´cuestión´Malvinas». Página/12, disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185509-2012-01-15.html.Fecha de consulta: 7/6/2019.

Romero, L. A.et als (23 de 1 de 2012).» Malvinas:una visión alternativa». Pagina/12,disponible en  https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-188182-2012-02-23.html.Fecha de consulta: 5/3/2018.

Sarlo, B. (3 de 8 de 2021). «Malvinas y otras pasiones». Clarín,disponible en  https://www.clarin.com/opinion/malvinas-pasiones_0_U87SYQ1G_.html.Fecha de consulta: 4/9/2021.

Tokatlian, J. (22 de 1 de 2012). «Negociar Malvinas». Página/12,disponible en . https://www.pagina12.com.ar/diario/debates/32-188078-2012-02-22.html.Fecha de consulta: 3/8/20

Winchester, S. (14 de 1 de 2012).» La cuestion Malvinas». Página/12, disponible en  https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185509-2012-01-15.html.Fecha de consulta: 9/6/2019.

Bayer, O. (3 de 1 de 2012).» Malvinas Latinoamericanas». Página/12, disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-190167-2012-03-22.html.Fecha de consulta: 10/2/2019.

Brawer, M. (22 de 3 de 2012).» Las primeras flores de Malvinas». Página/12, disponible enhttps://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-190167-2012-03-22.html.Fecha de consulta: 20/3/2019

Ciollaro, N. (4 de 5 de 2012).» El amor después de la guerra». Página/12, disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-7223-2012-05-04.html.Fecha de consulta: 20/2/2019

Clarin. (1 de 4 de 2012). «Malvinas 30 años 30 historias.»Edición General:Silvia Fesquet.Edición Pablo Calvo,Claudio Savoia,Gerado Young y Marcelo Larraquy, págs. 1-24.

Derrida, J. (1997). Mal de archivo,una impresión freudiana. Madrid: Editorial Trotta , disponible en en https://jpgenrgb.files.wordpress.com/2017/01/derrida-mal-de-archivo-1997.pdf.Fecha de consulta: 3/6/2020

Durán, M. S. (2016, nro.15). De 1976 a 1982: «Alusiones y elusiones de una genealogía». Amerika. Memoires, identités, territoires, disponible en https://journals.openedition.org/amerika/7688.Fecha de consulta: 9/7/2019

Farge, A. (1991). La atracción del archivo. Valencia: Edicions Alfons El Magnánim.Institució d´etudis i investigació ,disponible en https://cristinagomezalvarez.files.wordpress.com/2014/07/farge.pdf.Fecha de consulta: 17/1/2021

Foucault, M. (1979). Arqueología del saber. México: Siglo XXI Editores.

Gerbaudo, A. (núms 7-8, Año VI, 2009-2010).» Archivos de tela, celuloide y papel.Insistencias del arte y de una teoría en (des)construcción», en  Telar, revista del Instituto Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos,Universidad de Tucumán, Facultad deFilosofía y Letras,pags 31-50, disponible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5447284.F echa de consulta: 3/6/20.

Gonzalez, H. (31 de 1 de 2012).» El significado de Malvinas». Página/12, disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-186577-2012-01-31.html.Fecha de consulta: 8/6/2013.

Gonzalez, H. (3 de 4 de 2012). «Malvinas y el liberalismo». Página/12,disponible en  https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-191005-2012-04-03.html.Fecha de consulta: 15/5/2014.

Guash, A. M. (2011). Arte y archivo 1920-2010. Madrid: Akal.

Huberman, G. D. (16 de 8 de 2013). «Como abrir los ojos» en Blog.El libro de la pizarra. Recuperado el 22 de 9 de 2019 de https://www.eternacadencia.com.ar/blog/libreria/el-libro-en-la-pizarra.html.

Kohen, M. (12 de 1 de 2012).» ¿Quién bloquea en la cuestión Malvinas?».Página/12 ,disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185293-2012-01-12.html.Fecha de consulta:9/6/18.

Mantiñan, G. (9 de 7 de 2019). «1833-1834:Charles Darwin.Malvinas en la letra de los viajeros. Recuperado el 4 de 3 de 2021, de https: avostefaltamalvinas.wordpress.com.

Mantiñan, G. (1 de 6 de 2020). Un kelper en la Guerra de Malvinas». Recuperado el 10 de 8 de 2020, de https://wordpress.com/post/avostefaltamalvinas.wordpress.com/411.

Mantiñan, G.(2015) A vos te falta Malvinas.Señales de identidad en el relato testimonial de la guerra de Malvinas . Obtenido de https://avostefaltamalvinas.files.wordpress.com/2016/02/tesis-de-g-mantincc83an.pdf.Fecha de consulta: 01/10/2018.

Memoria, Paz y Soberanía (28 de 2 de 2012). «Malvinas: memoria y justicia». Página/12,disponible en . https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-188482-2012-02-28.html.Fecha de consulta:8/7/19.

Monacelli, M. (2012). Sobrevivientes. Buenos Aires: Clarín Alfaguara.

Niebiskikwiat, N. (2012). Lagrimas de hielo. Buenos Aires: Norma.

Noffal, R. (2009/2010). «Los personajes en la narrativa testimonial» en Telar, núms. 7-8-, año VI, Universidad N acional de Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras , pags 54-62, disponible en https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/423920 , Fecha de consulta. 3/6/20.

Página/12. (1 de 4 de 2012). «La otra guerra». Fernando Cibeira et als, págs. 1-7.

Palermo, V. (2007). Sal en las heridas.Las Malvinas en la cultura contemporánea argentina. Buenos Aires: Sudamericana.

Palermo, V. (4 de 8 de 2021). «Maneras de tratar la cuestión Malvinas:las frases de Sarlo». Clarin, disponible en en https://www.clarin.com/opinion/malvinas-pasiones_0_U87SYQ1G_.html.Fecha de consulta: 9/9/21.

Perfil. (1 de 4 de 2012). «Pensar Malvinas». Tomás Abraham et als, págs. 1-28.

Pittaluga, R.. Democratización del archivo y escritura de la historia.Ponencia presentada en el Encuentro «Archivos y derechos humanos: actualidad y perspectiva»,Buenos Aires, 1 y 2 de octubre de 2007,  disponible en ttp://www.memoriaabierta.org.ar/encuentro_archivos/presentacion.html.Fecha de consulta: 25/3/2018.

Rinesi, E. (13 de 8 de 2012). «La´cuestión´Malvinas». Página/12, disponible en https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185509-2012-01-15.html.Fecha de consulta: 7/6/2019.

Romero, L. A.et als (23 de 1 de 2012).» Malvinas:una visión alternativa». Pagina/12,disponible en  https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-188182-2012-02-23.html.Fecha de consulta: 5/3/2018.

Sarlo, B. (3 de 8 de 2021). «Malvinas y otras pasiones». Clarín,disponible en  https://www.clarin.com/opinion/malvinas-pasiones_0_U87SYQ1G_.html.Fecha de consulta: 4/9/2021.

Tokatlian, J. (22 de 1 de 2012). «Negociar Malvinas». Página/12,disponible en . https://www.pagina12.com.ar/diario/debates/32-188078-2012-02-22.html.Fecha de consulta: 3/8/20

Winchester, S. (14 de 1 de 2012).» La cuestion Malvinas». Página/12, disponible en  https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185509-2012-01-15.html.Fecha de consulta: 9/6/2019.

Ediciones periodísticas del año 2012  citadas en este artículo.

   Clarín

   25/3-28/3-1/4-2/4- 9/4-29/6-31/5-10/8-27/9.Revista Viva :31/10.

 Página/12

 2/4

Perfil

4/1-8/1-26/1-27/1-5/2-18/3-1/4-17/6-15/8

Notas


[1] Sólo a título indicativo: el 1ro. de marzo de 2012, en la inauguración del período de sesiones ordinarias en el Congreso, la presidenta C. F. de Kirchner indicó que la causa Malvinas sería uno de los ejes principales de su agenda. Su gobierno  decidió la desclasificación del Informe Rattenbach (decreto 200/2012) y solicitó a la Cruz Roja la identificación de los soldados argentinos muertos en las Islas enterrados como  “Argentine Soldier know unto God” en el Cementerio de Darwin .La presidenta participó en la sesión del Consejo de Descolonización de la ONU (14/6)  y se refirió a Malvinas en  Asamblea General de la ONU celebrada el 25 de septiembre. En marzo de ese año, seis premios Nobel – entre ellos Adolfo Pérez Esquivel, promotor de la iniciativa- solicitaron al gobierno británico que reabriera el diálogo por las Malvinas.

[2] Pittaluga asocia la política de archivo a una política de memoria,  lo que se recuerda y lo que se olvida, “una dimensión de la escritura de la historia” (5).        

[3] Sólo a título de ejemplo: durante la presidencia de Macri (2015/29019)  se firmó el 13/9/16 el Acuerdo Foradori Duncan, muy criticado por no incluir en su texto ninguno de los históricos reclamos  argentinos y no haber recibido la aprobación del Congreso Nacional. El 17/10/21,el gobierno de  su sucesor Alberto Fernández , realizó una exitosa presentación ante la Comisión de Política Especial y Descolonización de la ONU solicitando el reinicio de las negociones con el Reino Unido que contó  con el apoyo de la Celac, el Mercosur y el Sistema de Integración Centroamericano.

[4] Excede las posibilidades de este artículo marcar los datos de época: creo que bien lo ilustra  esta adscripción de la causa Malvinas a un nacionalismo abstracto, que no remite a ninguna de sus manifestaciones históricas, pero que  siempre se percibe como  amenazante. Si pensamos  en el  posicionamiento actual de la mujer, también registraría como un dato de época  que la nota  sobre  una de las seis  enfermeras que prestaron servicios durante la guerra a bordo del Alte.Irizar, haya sido publicada en la Sección Mujer. (“Una mujer en Malvinas. ´Era la guerra: no paraban de entrar y salir heridos´ «30/3, 8,9).

[5] Ver “Un kelper en la Guerra de Malvinas” (Mantiñan, 2020) que analiza  el libro que Fowler publicó en 2012 evocando su experiencia  en la contienda del 82 y cita  su participación en la cobertura periodística de Clarín del trigésimo aniversario  de la guerra.

[6] Ver “A 30 años de la guerra. La rutina diaria en las Islas Malvinas, los isleños hoy: vidas apacibles en un centro de tensión política “(2/4/12).El tema también apareció en Viva, la revista dominical del medio: “Malvinas hoy. A 30 años del fin de la guerra, un recorrido por las islas para saber cómo se vive allí”, donde se plantea que hay en las Islas “un orden naturalizado  que se desarrolla sin imprevistos  sobre el mismo escenario”,49(10/6/12, 49-54)

[7] “Si la historia la escriben los que ganan/eso quiere decir que hay otra historia”, Quien quiera oir que oiga, Nebbia,1984 )

[8]Guash, Anna María, 2011,17-18.

[9] En la contratapa, el Suplemento incluye materiales enviados a  los conscriptos que revelan la imposición de silencio por parte de las autoridades militares (“Huellas de la fragilidad”, 24)

[10] Brindo diferentes ejemplos: los suicidios durante la  guerra ,21,la condición siempre incompleta del recuerdo de la guerra ,13, la visión de la derrota como una profecía anunciada,13,la función que cumplió la película “Iluminados por el fuego” en la decisión de exconscriptos de denunciar los castigos sufridos durante  la guerra,16, el imaginario beat en la configuración de los  conscriptos del 82,

[11] Rosario Noffal refiriéndose a otra forma de oclusión, la militancia de los desaparecidos: “en el rastro de las huellas de un relato interrumpido y silenciado, la literatura testimonial encuentra su función y necesidad”, (2009/2010, 53).

[12] En febrero de 2012, el Club Político presentó un documento “Malvinas, una visión alternativa”, firmado entre otros por Luis Alberto Romero, Beatriz Sarlo, Santiago Kovadloff y Juan José Sebreli, donde solicitaban la autodeterminación de los kelpers.El 14/2, Luis Alberto Romero había publicado en La Nación  “¿Son realmente nuestras las Malvinas?”. Estos  planteos recibieron, entre otras, las respuestas de Osvaldo Bayer y Horacio González en Página/12 y Perfil respectivamente, ver cap. 3 y 4 de este trabajo.

[13]Plantea  que los  seis relatos  presentes en la conmemoración  del trigésimo aniversario son: 1. la gesta, una épica guiada por la causa Malvinas. 2. la causa justa en manos bastardas que repudia a la dictadura  pero reivindica la guerra y sus protagonistas. 3. la guerra absurda-los chicos de la guerra infantilmente  indefensos, víctimas “aunque no se sabe bien de qué victimarios” 4  la herida abierta, “Malvinas sería una pesadilla que aún no ha terminado”,5. la aventura militar donde los soldados “son víctimas  con victimarios bien definidos”´ y  6.la represión focalizado en las violaciones a los derechos humanos que afectaron  a los conscriptos, sosteniendo que debería   partir del hecho que un régimen despótico llevó civiles a las Islas y luego permitió su enfrentamiento.

[14] Los define como  unanimismo, decadentismo y el territorialismo (2007, 17) , ver Mantiñan G., Tesis , “A vos te falta Malvinas”,.2015,20

[15] “El paradigma simbólico de la búsqueda de los niños apropiados se convierte así en una historia privada de malversación: de sentido, de filiación, de dinero, de representatividad política”. Según  Semilla Durán, la novela usa la figura de las Abuelas de la Plaza de Mayo “ transpuesta a circunstancias civiles y delictivas, como una estrategia que degrada su dimensión”

[16] La polémica se inició el 3/8 en un programa del canal de noticias La Nación+, donde definió a Malvinas como un territorio británico, sostuvo que “…aparentemente fueron de la Argentina en la década del 30 del siglo XIX-.Es decir cuando la Argentina aún no se llamaba Argentina…cuando no teníamos Constitución”. Afirmando su condición de viajera  asoció el paisaje isleño a Escocia. Ver: /www.lanacion.com.ar/politica/beatriz-sarlo-las-malvinas-son-territorio-britanico-nid03082021/.Diferiría con Darwin que en   in situ sostuvo que eran una  prolongación de la Patagonia (ver Mantiñan G., 2019,” 1833-34: Charles Darwin. Malvinas en la letra de los viajeros, Un narrador en las Islas”. Acordaría con Julian Thompson, jefe de las fuerzas terrestres de desembarco británicas que en 1987 decía que se parecían a las Tierras Altas, que es como lo ingleses llaman a Escocia  (ver Mantiñan G. “A vos te falta Malvinas”, 2015, nota 173).Vicente Palermo le respondió en Clarín el 27/9 criticando el abordaje de Sarlo e insistiendo en la autodeterminación de los kelpers.

[17] Ver referencias a la experiencia de Winchester en Una cara de la moneda (Eddy, Linklater, Guillman, 1983),.una versión de la guerra formulada por el equipo de periodistas de “ The Sunday Time Insight Team” de Londres  en el que participó Winchester (.325,395).

[18] El primero en recopilar testimonios fue Pablo Vassel, fiscal de Corrientes en 2006. En Tecnologías de la impunidad, Jerónimo Guerrero Iraola, 2021) sigue la historia de la causa radicada  desde 2007en tribunales de Tierra del Fuego y analiza extensamente  cómo se construyó desde el mismo final de la guerra los mecanismos de silenciamiento que garantizaran impunidad a los militares involucrados en casos de flagelamientos.

[19] Conmovedor el recuerdo: “él seguía en Malvinas, como que se había quedado en las Islas”, conscientes del valor de su apoyo:”  En el museo del Regimiento falta un espacio para las esposas, porque ellos están acá hoy gracias a nosotras”. Otra referencia impensada ligada a la mujer :Mara Brawer recuerda que María Vernet llevó las semillas de las primeras flores de Malvinas (“Las primeras flores de Malvinas “,22/3,on line)

[20]“Malvinas: una visión alternativa”, el documento del Club Político que el medio publicó el 23/1/ on line, también tuvo la respuesta de Osvaldo Bayer en “Malvinas Latinoamericanas” ,3/1, on line.

[21] El testimonio  de Edgardo Esteban está inserto en el  reportaje de Fernando Cibeira. Pedro Benítez, Sergio Katz y Pablo De Benedetti relatas sus historias en notas firmadas por Nora Veiras, Victoria Ginzberg y Laura Vales respectivamente.

[22] Foucault define al  archivo es “el sistema general de la formación y de la transformación de los enunciados,”.111.A través de ese sistema de “enunciabilidad” la cultura se pronuncia sobre el pasado, 229.

[23] Las obras presentadas: Montoneros o la ballena blanca, Guerra de Malvinas y Lágrimas de hielo respectivamente

[24] Otra forma de respuesta la brindó Pacho O´Donnell: cuestiona  la propuesta  que habían realizado Palermo y Romero de trasladar  la fecha recordatoria de Malvinas al  14 de junio El entonces director del Instituto Dorrego sugiere reemplazar el  2 de abril  con otra fecha que se  relacione la con el Gaucho Rivero, al que homologa con el Martín Fierro(“ Gauchos peleadores” , 27.)

[25] El texto de Guebel dialoga de alguna manera con “Impresiones de un nacionalsocialista” (El ser querido, 1992, 15-36).Construido a partir de un ejercicio contrafáctico, la victoriosa  ocupación de una isla inglesa por  argentinos durante ciento cincuenta años  en el siglo XIX, el cuento parodia el relato oficial mediático de la guerra del 82, ver “La literatura argentina lee a Darwin” (Mantiñan G., 1992, 14/7/19).

[26]La evocación  de Bríndisi, un joven decidido a desertar si era convocado, revela como también hará Martín Sabatella(12)- que sólo tenía  doce años en 1982-  el uso de las radios de onda corta para conocer la verdad de lo que estaba sucediendo   en medio de la cobertura falaz que publicaban los medios.


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Autor: A vos te falta Malvinas

Profesora de enseñanza normal, secundaria y especial en Letras, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Magister de la Universidad de Buenos Aires en Literaturas Española y Latinoamericana. Trabajó como asistente de programación en Radio Nacional y ejerció la docencia en la Facultad de Filosofía y Letras(UBA). Como integrante del Seminario de Crítica Literaria Raúl Scalabrini Ortiz participó en la realización de fascículos, antologías, artículos, bibliográficas y el libro “Las huellas de la imaginación”. En la actualidad lleva a cabo la investigación “Nieblas de Malvinas. Algunas formas narrativas de las Islas”

Deja un comentario